¡Yo no era una mujer segura! Al salir del colegio no pude estudiar durante un año, entonces no tenía ni estudio universitario, ni esa belleza del mundo, ni forma de vestirme bien como para sentirme segura.
Aprendí a maquillarme, me sentía linda, empecé a estudiar, a trabajar en un lugar mejor y a crecer en todas las áreas de mi vida, pero me faltaba una. Empecé a odiar que me elogiaran solo por mi belleza y no por mi forma de ser. Usualmente la gente decía de mí: “qué linda”, pero no “qué gran mujer”. Hoy entiendo que no sabía el significado real de ser una mujer, por eso no podía encontrar una seguridad real y más estable.
Todas las mujeres tenemos una historia para contar. A veces creemos que la belleza lo suple todo, y aún así las mujeres bellas son esclavas de la belleza misma, buscando siempre querer ser más y más bonitas, gracias a los estándares de belleza que el mundo les ha enseñado. No se sienten suficientes. Nunca nada es suficiente. Pero si todo esto es pasajero, ¿dónde encontrar una seguridad estable, duradera y real? Conocí la respuesta y la convertí en libro. Espero te sea tan liberador como lo fue para mí.